APROVECHAMIENTO
DE LOS RESIDUOS SÓLIDOS ORGÁNICOS
De
acuerdo a la Política para la Gestión de Residuos, el aprovechamiento se
entiende como el conjunto de fases sucesivas de un proceso, cuando la materia
inicial es un residuo, entendiéndose que el procesamiento tiene el objetivo
económico de valorizar el residuo u obtener un producto o subproducto utilizable.
Aprovechables
son aquellos que pueden ser reutilizados o transformados en otro producto,
reincorporándose al ciclo económico y con valor comercial.
La
maximización del aprovechamiento de los residuos generados y en consecuencia la
minimización de las basuras, contribuye a conservar y reducir la demanda de
recursos naturales, disminuir el consumo de energía, preservar los sitios de
disposición final y reducir sus costos, así como a reducir la contaminación
ambiental al disminuir la cantidad de residuos que van a los sitios de
disposición final o que simplemente son dispuestos en cualquier sitio
contaminando el ambiente.
El
aprovechamiento debe realizarse siempre y cuando sea económicamente viable,
técnicamente factible y ambientalmente conveniente.
De
modo tal, que las normas y acciones orientadas hacia los residuos aprovechables
deben tener en cuenta lo siguiente:
•
Se trata de materia prima con valor comercial, en consecuencia sujeta a las
leyes del mercado y consideradas como insumo.
•
Su destino es el aprovechamiento ya sea de manera directa o como resultado de
procesos de tratamiento, reutilización, reciclaje, producción de bioabono,
generación de biogás, compostaje, incineración con producción de energía, entre
otros.
•
La definición de residuo aprovechable se deberá hacer por las autoridades
ambientales y municipales en sus respectivos Planes de Gestión de Residuos
Sólidos, que deberán formular.
•
La calificación de residuo aprovechable debe darse teniendo en cuenta que
exista un mercado para el residuo, en el cual están comprometidos los
generadores de las materias primas y de los productos finales.
•
Deben ser objeto del establecimiento de incentivos de toda índole, en especial
económicos y tributarios.
Teniendo
en cuenta que el análisis del impacto de un producto o proceso debe ser
integral, los incentivos que se otorguen deben considerar el proceso productivo
en su integridad, de modo que no se distorsionen los objetivos de la gestión
ambiental que consisten no sólo el disminuir un impacto ambiental específico - pos
consumo, sino todo los que se genera durante el proceso productivo.
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