lunes, 26 de noviembre de 2012

ANALISIS REFLEXIVO


Los RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS 
(que son parte de los recursos finitos del planeta) una vez recolectados son dispuestos en basurales incontrolados a cielo abierto en la mayoría de los municipios de nuestro país; causando la proliferación de vectores capaces de transmitir no menos de medio centenar de enfermedades, sus lixiviados (producidos por lluvias, procesos de evapo - transpiración) provocan el envilecimiento de los acuíferos subterráneos y superficiales; afectadas las aguas se produce el ingreso al ciclo alimentario con lo cual aumenta la ocurrencia de enfermedades.
Bien es sabido que todas las actividades humanas crean efectos adversos sobre el medio ambiente, porque en el proceso de producción y reproducción de sus condiciones materiales de vida el hombre explora, transforma, almacena, distribuye, intercambia y consume bienes y servicios. Este consumismo indiscriminado conlleva a la generación de altas cantidades de residuos sólidos los cuales en su mayoría son orgánicos, que en muchas ocasiones son arrojados en el medio contaminándolo. Su mal manejo vuele infértiles a los suelos, contamina las aguas, el aire y afecta la salud pública.
Estas externalidades se traducen en una transferencia de costos de los responsables de los procesos contaminantes que es aún un alto porcentaje de la población. No existen a la vista, señales dirigidos a asumirlos dado que ese hecho debe instalarse en los mecanismos de fijación de precios. Y nada indica que hayan sido internalizados... es decir incorporadas a la rentabilidad que separa al “costo del beneficio”.
El aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos urbanos no se debe seguir viendo como un proceso aislado, pues debe ser integrado con las empresas que prestan el servicio público de aseo, así se genera más cultura y convicción del usuario con relación al ambiente. De igual medida se debe materializar el mecanismo para incentivar actividades como éstas no solo a los operadores sino también a los transformadores externos que realizan ésta actividad para la inserción de nuevos productos limpios en cadenas productivas. Es también de suma importancia empezar a estimular la compensación por parte de los operadores, a los entes o personas que contribuyan con el mejoramiento del ambiente, aprovechando los residuos, debido a que se minimiza la disposición en el relleno sanitario y se aumenta la vida útil del mismo. Estos incentivos económicos, tributarios o compensaciones no se han realizado en la actualidad, caso que se atribuye a la debilidad institucional, falta de integración entre los actores involucrados e incipiente legislación en materia de incentivos en cabeza del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. En consecuencia, la falta de un organismo rector líder afecta la disponibilidad de recursos, los procesos de información y la cobertura de servicios haciéndose visible la deficiencia administrativa por parte del Estado como ente normativo y fiscalizador.
Es claro que en nuestro país existen más de 33 plantas donde se aprovechan residuos sólidos orgánicos urbanos y que el 90% no cumplen con la normatividad requerida para operar, debido a la falta de planificación y a la inexistencia a largo plazo de planes operativos, financieros y ambientales tanto nivel nacional como departamental.
La legislación es incompleta y ambigua respecto al ámbito de competencia de las instancias administrativas involucradas y es incompatible con las situaciones económicas, sociales y culturales imperantes. Se ve también que hay falta de recurso humano capacitado y calificado en todos los niveles de la operación de éstas plantas, lo que apunta a la maximización de impactos ambientales negativos durante la operación. Es claro que los costos operativos vs los ingresos por producción de material generan inviabilidad en la cadena productiva lo que ha causado la terminación de procesos iniciados, dejando muchas veces la infraestructura construida y subutilizada. Este desequilibrio económico no permite que emerjan las potencialidades ambientales favorables con relación al proceso, pues el imaginario del individuo, siempre le reclama más al reciclaje de materiales: se le exige que entregue rentabilidad cuando hasta poco, las materias recobradas solamente contaminaban; por ello es que la aspiración a que sea un negocio en sí mismo debe ceder ante la necesidad inicial de dar paso a una modalidad de racionalizar la gestión municipal de los residuos. El aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos urbanos) se consolida como una opción, capaz de reducir las erogaciones y costos operativos propios de la recolección y disposición final (incluidos los rellenos sanitarios) por los que se pagan valores altísimos, por lo que se debe compensar, el compostaje, además de otorgarle un impacto positivo al ambiente e impulso adicional a la agricultura orgánica los productores agropecuarios conocen que la relación entre el contenido de materia orgánica del suelo, aumento de la porosidad y retención de la humedad elevan la fertilidad potencial de las zonas dedicadas a la siembra. Este producto es un acondicionador físico que mejora la estructura del suelo porque aporta nutrientes necesarios para la reforestación paliando los efectos de la erosión ya sea de origen hídrica o eólica y la desertización. Todas las anteriores bondades del aprovechamiento de residuos sólidos orgánicos van ligadas a un sin número de procesos que dificultan la actividad en nuestro País como se mencionó anteriormente, partimos de que la normatividad existente en materia de residuos sólidos orgánicos es extensa y ambigua y los entes encargados de hacerla cumplir, no tienen la capacidad instalada para realizar monitoreo y control en cada una de las localidades donde se realiza éste proceso. Es así también que no se ha creado una sensibilidad en el habitante Colombiano de la no basura y que es relativamente joven la introyección de ésta nueva cultura en nuestro país. Es claro que para que esto funcione se deben involucrar diferentes actores sociales, educativos, interinstitucionales, con el fin de fortalecer educación ambiental e ir más allá de la recolección y la separación para construir en conjunto un ideal viable en materia de gestión ambiental.
En Colombia se logra identificar el proceso educativo como uno de los más renuentes a ser aceptados por parte de las comunidades educativas dentro de la Gestión Integral de Residuos Sólidos, debido a la dificultad para liderar procesos de concientización frente al aprovechamiento del material orgánico. Este proceso debe ser continuo para lograr la eficiencia y sostenibilidad en el tiempo, por esto se requiere un apoyo constante de la municipalidad, la autoridad ambiental la academia y demás entidades que velan por el mejoramiento del ambiente.
La actividad primordial para el aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos urbanos es la separación en la fuente, aspecto que no se ha desarrollado totalmente a pesar de estar incluido en los programas de los PGIRS de la mayoría de las municipios, haciendo esto difícil la aplicación de las técnicas de aprovechamiento y cuando es el caso de posibilitarse arrojando productos no inocuos, causando alteraciones en la cadena alimenticia.
No existe en Colombia un acondicionador de suelos producido con residuos sólidos orgánicos urbanos que sea  certificado por el ICA, y muchos de los lugares que los producen los venden sin tener análisis de calidad de los mismos generando aplicaciones en el suelo que afectarán las plantas y a un periodo más largo el hombre.
Para concluir la protección del ambiente en materia de residuos sólidos tiene limitaciones de orden institucional, de legislación ambiental, financieros y sobre todo de vigilancia para el cumplimiento de las regulaciones. Por otra parte, las políticas para reducir la generación de residuos municipales, aun no han dado resultados significativos igual que la aplicación de tecnologías para el aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos urbanos, las cuales resultan ser costosas. No se ha encontrado viabilidad financiera que haga sostenible el proceso solo con la actividad de aprovechamiento, por lo que se concluye qué éste proceso es aún incipiente en nuestro país.

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